Después de leer este libro nadie podrá dudar que Guadalajara esté experimentando un cambio en su composición religiosa. A pesar de que ha sido, y sigue siendo, una ciudad estratégica para la hegemonía católica nacional, se puede afirmar que Guadalajara ya no es sólo territorio del catolicismo sino espacio disputado por múltiples denominaciones cristianas: es una ciudad donde habitan muchos dioses.
Para llegar a esta conclusión las autoras tuvieron que transitar por el espacio de la ciudad en busca de lugares donde se reúnen creyentes a realizar prácticas o servicios religiosos distintos a los católicos, y de esta manera dar cuenta de un nuevo paisaje urbano: el de una metrópoli poblada y practicada por una pluralidad de ofertas religiosas que compiten por el mercado de salvación de los tapatíos. Este hecho repercute en la diversificación cultural de los pobladores de esta ciudad, pero también en la organización
interna de la vida barrial. Recorriendo las calles con esta visión, y gracias a la utilizaciónde instrumentos y análisis historiográficos, estadísticos y geográficos, las cartografías muestran una estrecha relación entre la construcción reciente de la ciudad y la creciente diversidad religiosa. Iniciar el análisis de este fenómeno y contribuir al tránsito hacia esta nueva pluralidad en Guadalajara –es decir, al reconocimiento de la diversidad y su carácter legítimo– es el objetivo de esta obra.
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